Obsesion de quererte

Te quiero.
Aún si el hecho mismo de quererte
me ponga mal e iracundo,
porque te quiero,
por lo que sólo para mi no tienes,
o no quieres tenerlo.

Porque te quiero, también
por lo que por mi no quieres ser.
Por eso,  a duras penas, te quiero.

Por todo lo que me falta
cuando conmigo no estas
Te quiero porque no te quiero
y te odio simplemente
porque te quiero.

Te quiero por el daño
que me hago, estando cerca
y te quiero por el daño
que te doy, si me voy lejos

Te quiero porque no eres
el encanto de mis mas hermosos momentos
y te quiero en nuestros terribles días
que te empecinas y solo un No eres

TE quiero y me debilito
pero asi cada vez mas debil
siento que mi amor no alcanza
y te tengo que querer cada vez mas.

Te quiero y no sé si te quiero
pero tanto quisiera quererte
que sin quererlo, otra vez te quiero.

Te quiero cuando no te pienso
porque tanto sufro
que recurro a otra,
para intentar no quererte
y de tanto pensar por horas
en refugiarme, de ti, otros quereres
descubro, frustrado, lo mucho que te quiero.

Porque no tengo otro talento, te quiero
y mi ignorancia es tan grande, para todo lo demas,
que tanto sé de lo mucho que te quiero
que esta ignorancia de todo, se vuelve insignificante
de tanto saber, el porqué te quiero

Y de tanto andar por la vida
siguiendo tus pasos, inquieto
solo me queda el mínimo aliento
para pensar exclusivamente en ti
y renunciar , resignado, a mi orgullo
porque, simplemente, te quiero.

Porque tengo que dormir
esta noche
si la vida, si la muerte
no delinan
un insatnate
Porqu tengo que vivir?
Si desde la desason
yo avisto siempre
un mas allá
que todo perdona?
porque tengo que ser hoy
un bloque de futuro incierto
si sé, de antemano
que el destino
me guardó un lugar
benevolo.
Porque no puedo
esta noche
dejar de escuchar esta musica perfecta?
Si la vida
jamas me alcanza
Si la muerte
no me devora
Si en el último rincón
del tonto armario
donde se olvidan mis sueños
hay una argamasa
de vida, muerte
de energia, de deseo
De sentirme una gota
del impulso
de un chorro desconcontrolado
del vértigo
insaciable
que solo tiene que ver con esto
al lo que le he puesto el nombre
de mi vida.

Sonríe

Sonríe,
nunca estuviste solo.
Sonríe
que la mismísima muerte
es la mujer de tu vida.

Tiempo VI (tiempo de hoy)

Al final
supo ser la muerte
quien venía, amablemente,
sosteniéndome la sombrilla
mientras yo cómodamente
tropezaba todos estos años
por el camino soleado.