Sunday, March 02, 2014

El Niño y la Bestia.

Un indefenso niño
temio terriblemente a la bestia
La odió todo lo que pudo
porque era dueña
de sus pesadillas,
la oscura vertiente
de un rio de dolor
y lágrimas.

En sus días
extenuentes y difíciles
en su noches agobiantes
y otras veces mortalmente gélidas
la Bestia siempre lo acechaba.
Rebelóse cuantas veces pudo
tantas veces lamentables fueron, como la Bestia
sobre su coraje se impuso.

Cuando ya mayor atisbo
su valentía, el niño,
una vez hombre, se enfrentó
cuerpo a cuerpo con su Bestia
con su rostro mas repugnante y execrable.
(Recibiendo extraño trato de caballeros,
 la Bestia perdonó su vida
ya quue tal vez sin rival, se aburriría)

Por momentos, el niño,
despues hombre, siempre niño
en su temor y en su espanto,
pero endurecido por tener, con semejante adversario
compartido el recorrido de la vida,
creyose amigo de la bestia
mas frecuentemente comprendia que caia
solamente en su cruel estrategia.

Ya en el ocaso de sus dias
vio arrastrarse a su enemiga
y monto guardia, en su guarida
no por el goce de verla caida
sino por algo de compasion
de ver a su extraña companera
hablarle suavemente
querer enseñarle de l vida

Y tristemente comprendio
la, a veces trágica, naturaleza
de los seres, los insólitos impulsos
protagfonistas del placer
y del dolor
la necesidad de dar vida
y muerte, sin piedad alguna
ni miramientos.

Y de esa Bestia
que alguna vez fue calcinate fuego
y tambien punzo como lacerante hielo
o simplemente como fetido excrementeo
ya nada queda
convertida en tierra
solo repososa, como una espina otrora dolorosa
en sus lejanos recuerdos

Y el hombre niño, ya viendose
ya en su ocaso
sueña y rie , lo que puede
teniendo sabiamente comprendido
que tanto dolor por lo sufrido
se hace mas liviano, porque es humano
y porque entiende, que tanto de la Bestia
en su mas íntimo ser, siempre lo habitó.