Por fin, llegaste
te asomas,
estas en ese mundo inerte
para el que toda tu vida
te preparaste llegar.
Quién sabrá
si subiste demasiado,
o al contrario
bajaste mas allá del infierno mas profundo.
Razonando un poco, muy lejano, desplazado a la derecha,
imposible de contar cuantos kilómetros a la izquierda
¿Avanzaste incontenible hasta toparte con ella?
¿Te echaste para atrás tanto que tu oculta cobardía te chocó la espalda?
Tantas ideas no te asustan, ya lo sabías, es nada mas que el cielo.
Tan lleno y tan vacío como tu cabeza escondida en la escafandra.
En tu cohete de ligeros materiales, llevas las preguntas del mundo entero
pero en tu corazón de puro acero, secretamente, las de tu sentimiento mas interno
Ahora estas aquí
y verdaderamente no lo sabés, si toda tu vida la dedicaste a este momento
en realidad no eras de la tierra
tu salto te llevó a un paisaje nuevo.
Pero no extranjero
Dejas la soledad de la incomprensión paralizante, de tu especie
pero aquí te encontrás verdaderamente indefenso
¿A quien le vás a contar como es todo por acá?
Ni siquiera hay aire para llenarte los pulmones y suspirar,
únicamente un terreno pedregoso y austero
que se incrusta duramente en el horizonte negro
Y lo he dicho, en todo esto no hay nada que te asuste
es la historia de tu vida...
Pero esta vez..., ¿Qué hiciste?
¿Donde, muchacho, has venido a meter el pescuezo?
Solo, en un mundo extraño, otra vez, mas de lo mismo.
Ser de ninguna parte, de nadie
será por la eternidad, en la cadena interminable de tus vidas, tu karma:
luchar contra todo, para encontrarte con la misma nada.
La misma bella e imposible nada.
El heroico viaje diario para descubrir amargamente
que al amor nunca podrás atraparlo
aunque vivas pisándole los talones
Viajar millones de kilómetros, para descubrir decepcionado
que en todos lados, por mas que visites el infinito entero
tu destino será, por siempre, sentirte un forastero.
