Encuentro (cursi)

                           A mi muerte. Ella sabe que  no la espero. Pero, de todas maneras, soy buen anfitrión.
Si esta noche ocurriera
no me tomaría, tan de sorpresa
ya estoy acostumbrado y resignado
al revoloteo complicado
de su presencia.
Sé, mas o menos
como sería la situación:
no tendría alternativa
en mi cama, con los brazos abiertos
cerraría mis ojos
y esperaría su beso,
como un árbol viejo
que añora, por fin
cierto día, cierta noche
ser arrasado por el insolente viento
que termine con sus pesares
despegue su dolor, como raíces
que lo tienen adherido al suelo.
Apagaría la luz
pondría "Michelle" a todo volumen
(por que no, un poco de perfume)
quizás alguna copa de buen vino
o llanamente una cruel y fogosa botella
con cerveza caliente

Si esta noche ocurriera
claro que  esperaría
que pase por mi cama, por mi casa
que me visitara con todo su encanto
aunque no deje de cumplir su misión
si hace tiempo que siento que soy tan suyo
y ella, tan mía. Desde siempre.
Y decirle al oído, susurrarle
"Como es que no sabías
que somos la pareja perfecta"
para que suelte una furiosa carcajada
que me arranque por fin, me desgaje
violenta y loca
esta mas violenta y loca
corteza de melancolía.

Por eso, no decaigo, en mi deseo
y la espero sin miedo y sin remedio
que venga a atropellarme
con toda su magia de mujer
y la convoco, sin pudor, en mis palabras.
Porque cuando llegue su momento, su tiempo
se que por la puerta de mi cuarto
pasara, como una diosa,
haremos el amor, como jamás nadie lo ha hecho
y se quedará, por fin, en mi vida,
yo en la suya.
Y todo dejará de ser  un pálido sueño.

Silencios

Nunca tendrá, la palabra
El absoluto poder
Para decir todo lo que el hombre
Siente y piensa.
Ser extraño si los hay,
Ya que vive y respira en el regocijo de la mentira
Toda su vida.
Y sin la más mínima sospecha

Nadie duda que la cruel mudez
Del silencio, da en su contenido
El catastrófico mensaje de la verdad indecible
Adosando, en infame acto
El vacío tenso y compacto
De la indiferencia.

Y muchos infelices morirán
Antes de que desfallezca el día
Esperando un respuesta
Que alivie por sus oídos
El peso de sus angustias
La carga ominosa de sus culpas

Pero solo encontrarán
El texto ambiguo
De Una mirada esquiva
De áspera y siniestra ausencia
En  irreprochable puñalada

Es como en El bestial arte
De la tauromaquia
Que Consiste exactamente
En ese bruto desafío
Dónde por gestos, ademanes
Movimientos y estertores
Se habla todo el tiempo
Y se calla en un mismo compas toda alusion a la palabra muerte.

Por eso las omisiones
Los plantones, las huídas
Descartadas de su matiz cobarde
Cuando lo tienen,
Adolescen rango de verdad
Y dejan al oyente de esa nada
Cara a cara con el mensaje, ineludible.
Y la pena inconfesable
De su sinceridad.

Galletas de animalitos

¿Porqué será
que uno se aferra al pensamiento,
 la engañosa idea
de que los mejores dias
Son  lo que en algun rincon del olvido
el pasado se dejo para sí?

La infancia, bien lejos
Petfumada de ilusión y de pureza
el barrio, pequeño y gigante, como el universo
Despojados,  de manera inexplicable
 de todo dolor y una conexión lógica
con el resto de mi historia.

Galletas de animalitos, televisión hasta las 22
toda la siesta, al pedo, en la vereda,
amigos que eran parte de mi Yo.
un perro que fué mas valioso que un hermano
un padre terrible, que sin mover un pelo, igual me hizo humano.
y una madre, que aun frágil
Y melamvolica
 Fué mi ángel personal y  mi dios

Íbamos a la escuela, como si fuera un templo
con sus grises muros de falsa  alegría
Coliseo de  mentira y disimulada prisión,
con sacerdotisas enloquecidas por el polvillo del pizarrón,
recreos de juegos con pelotas amorfas, hechas de  bolsas y de cartón
guardapolvos largos, blancos
con botones falsamente nacarados, tela Arciel y mucho almidón
Por la noche, ya mi insomnio me alimentaba de libros y silencios
acompañados solo con ladridos de solitarios  perros, a lo lejos,
condensando un extraño respeto en el fondo de mi pecho
(respeto por un mundo que no solo después conocí)

La fiestas, cumpleaños
nochebuenas, sifones en la mesa
Muchachos de bigotes
que querían parecer grandes
y  chicas sentadas en las faldas de "sus hombres".
Todos olvidamos piadosamente el rostro
del que sacaba las fotos y nunca salia retratado

El aliento agrio y penetrante con alcohol
que yo media, en cantidad,
como inminencia de peligro,
lo juro, aprendí a perdonar
en el preciso instante
en que tuve motivos de sobra para amar al vino.

La locura, la enfermedad, los secretos y la muerte
con doble vuelta de llave a mi paso, despectiva
en la casa del mas católico vecino
La pobreza, disfrazada de modestia
o era al revés, ya no me importa
Ya ni me acuerdo.

No está tan lejos, la infancia
ni es una imagen congelada
es un sentir  actualizado
que en todo momento, inofensivo, me acompaña.
Porque del sentido de mis días, atesora
no solo consuelo, sino también un hermoso misterio.

Patrimonio

No es lo mismo que heredar,
el saqueo inocentemente vil
de tu propia casa, tus raíces,
que poco a poco sin saberlo
vas secando, en ilógico hurto.
Tarde o temprano, el odio,
Te llevará famélico, a morder
tu propio fruto, por culpa
de un rencor intangible
que tu tesón, descontrolado
te obliga a sostener.
Yo no busco detenerte
Porque, ya lo has visto
No es mi destino, ser señuelo
(Vivo en mi propia vida,
misión que me basta y sobra)
Pero no estaría mal para ninguno
que dejes el hacha voraz un minuto
mires tu alma, tus manos, ampolladas
y te dediques a curarlas.
De eso se trata el bien común
Soltar algo de lo tuyo
que un buen día regresa
sin pensarlo a tu puerta
Hermoso regalo de la vida
Del que no quedarás exento
Si asumes en paz, tu riesgo.

Aqui

Y si has llegado hasta aquí
Es porque hallaste
Que mis brazos cansinos
Y mi corazón fallido
Ya no mueven las rocas del camino.
Pero aún, puedo arrancarte una sonrisa.

Este mi nuevo y tonto
talento de viejo Espartano.