Un hombre.

Solo un hombre, amor
Que algunas noches mira
El cielo de cemento de su habitación
y otras, las más solitarias,
El cielo estrellado de la noche
Envuelto con  la fina llovizna  del alcohol
Solo un hombre
Que siente, sueña
Ama y respira
Que alguna vez quiso zanjar
La breve distancia
Que en realidad fue un abismo
Hizo una mueca, parecida a una sonrisa
Y se marchó,
Cómo el héroe tragicómico
De una película sin voces...

Solo un hombre
Nada más, nada menos
Porque tiene la vida misma
Circulandole en las venas
Y Que a lo mejor, todavía te  espera...

Lecciones

una noche, haciendo una llamada
( hace unos años ya de esto)
mi memoria no es precisa
mire mis manos, ya con arrugas
y de pronto, pensé: " ya se esta haciendo tarde"
Sin acobardarme, colgue el telefono
puse puntos suspensivos
a ese sueño loco que tenía
de ser un gran hombre,
un tipo respetado, una eminencia...
Salí a la calle
a buscar la vida,
esa, de la que mal me habían  contado,
esa, de la que me había privado.
Deje de intentar enamorarme
hice como pude, dos o tres traspiés,
y hasta un último mal trago
tan agrio, como convincente
Después (ahora viene lo mas interesante)
me volví submarinista
y recorrí todas las profundidades
de los mareos y las desdichas.
Cuando sali a ala superficie
un señor me aseguro que estaría todo bien
si seguia tomadno una docena de pastillas por día
aprendí bastante sobre las personas
sobre ese embrollo tan gracioso
que los menos dotados llamamos "vida"
Y me reconocí en otro hombre
ya no en el germen de filántropo
sino en mi propia naturaleza espesa
de músculos enfermos, deseos, fluidos, besos
amor por el dinero, dinero por amor
y la soledad, no ya como castigo
sino como amorosa lección.

Una noche mire mis manos
en el juego de espejos de una cabina telefónica
sorprendente preludio, exraño momento.
de lo que seria luego
la contemplación inevitable
de la contextura
de mi propio ser
Y esto es lo que hoy puedo ver:
No se tarta de otro hombre
es (soy), siempre el mismo
siempre lo mismo, para algunos
una caja  de sorpresas, todo el tiempo
como siempre fué, ese niño
raro, caro, complicado
para una madre que solo quería
pocos problemas, para derrochar en una vida modesta.
no se trata de otro
Soy yo mismo, que me miro
que me pienso, me reprocho
me perdono y me vuelvo a equivocar
En esta noche, con mis manos
mas arrugadas, cansadas y torpes
pero el espíritu intacto.
los sueños aun jóvenes
el cuerpo añejo, pero noble.

Y la esperanza , como siempre la sostuve
firme, como un roble.