Monday, February 16, 2015

Nunca mejor que en casa

¿Que mejor lugar
para curar el dolor,
para abrigar al amor,
que en mi casa...?
Termino, siempre, desmantelado
seco despojo de aventuras inconclusas
(Pero nunca inventadas)
en áridas mañanas
rendido, después,
de orquestar, para mi propio regodeo
la estúpida epopeya diaria
de destruirme...
y sin embargo
pienso que no nada hay mejor
en todo el desenfreno
que por momentos  quiere ahogarme
que ese cielo, regado de estrellas protectoras
Acolchado de humo, misterio
aturdimiento y vino...

Es mi casa... donde  esta mi paz
el sosiego de mi alma
mi refugio
lo hice así:
sereno cubil
de aromas
de comidas amables
y tranquilidad eterna
micromundo hermético
en siestas de ciudad.
Cuartel sin ejército
donde vive todo lo que quiero
Porque en discreto latido
desolado, muchas veces
mi pecho intenta
alcanzar un perdido candor.

Cierro siempre mis ojos
y regreso, cada momento,
a sus protectores muros
y encuentro
el silencio
mi música
el sordo eco de las palabras
que rigen en mi vida
de hombre, tal vez moderno,
de niño, seguro,
estoico, reflexivo,
irreversible melancólico.

Nunca mejor que en casa,
en mi guarida
que pocos transponen
que muchos se imaginan
en donde se ve y se palpa
lo que para esos muchos
 es envidiado misterio,
donde se genera
minuto por minuto
 mi extraño universo
benévola recámara, insonora
al oído extranjero,
de mis íntimos sonidos .
Donde aún germina
lenta y constante,
mi vida.